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Mostrando entradas de noviembre, 2017

Vírgenes suicidas

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La virginidad es algo muy sobrevalorado. Ayer estaba viendo una película llamada Mustang, belleza salvaje, y lo que pensaba durante el día coincidió con un parlamento de esa cinta. Es como si la vida te diera la razón en algo que piensas, y es genial. En la película la protagonista le explicaba a sus hermanas que llegaría virgen al matrimonio, aunque se la pasaba teniendo sexo con su prometido. Vivían en Turquía, donde te casas y debes demostrar tu virginidad manchando las sábanas de tu luna de miel (¿En qué siglo están?). ¿Cómo lo iba a lograr? Pues fácil: se dejaba hacer todo por detrás y tenía su himen intacto. Así de sencillo. Todo el día estuve pensando en la virginidad de nosotras. Tal parece que pese a lo arcaico que resulta, es algo muy valorado en nuestra “hipermoderna” “hiperbglobalizada” sociedad actual. Yo, por ejemplo, tengo una amiga que les dice a todos los manes que se quiere levantar que ella es virgen, y los manes caen como encantados, como polillas alrededo

ALAS BLANCAS, ALAS NEGRAS

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Eras más que una amiga, ángel que endulza el amanecer. La fuerza para sacar las piernas de la cama y creer que puedo creer. Hoy despierto y todo es falso Tu luz duele y se oscurece dentro de mí. Te entregué mis emociones Guardé en ti todos mis secretos Creí que me ayudarías a desplegar mis alas No que me las cortarías en pleno vuelo Entre luces de colores Y una música que era estruendo Basto un insensato movimiento Y mi amor por ti y por él murieron Supongo que tengo que agradecerte Por mostrarme que nada es cierto Que ni tú, ni él me pertenecen Que no nos cubre el mismo cielo. Ahora pides que te hable Que no te condene al destierro No comprendes cómo hiede El cadáver de un ángel muerto
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Yo solo quiero...

El amor es cuando él sonríe

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¿No les pasa que a veces sienten que sus hermanos no tienen ningún propósito en el mundo? Suele pasar cuando son hermanos menores y la adolescencia les da en toda la vida con una forma de “te fastidio las 24 horas del día” que terminas odiando. Aunque se trate de tu hermano mayor. Cuando pasa esto, es peor. Sin embargo, hoy vengo a hablar de mi hermano adorado de la mejor forma posible. En medio de todos sus defectos de fastidioso, algo bueno tenía, bien escondido, pero lo tenía. Es como en todas esas series de Netflix, cuando vas con una ensalada por el corredor de tu casa y de cualquier puerta sale un vaquero desconocido que te hace caer en el amor sin que te puedas oponer. Es como si el vaquero te hubiera disparado y la bala entrara por tu corazón haciéndolo latir a mil por hora y luego bajara hasta el estómago, llenándolo de mariposas que revolotean en una primavera infinita (no esperen que alguien enamorado escriba mejor). Mi hermano suele llevar a sus “amigotes” a la c

Selfie banana tonta

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Nuestra generación es la que más ha conocido el arte de la fotografía en toda la historia. Digo. A nuestros padres les tocaba ir a revelar rollos en un proceso que podía durar días enteros. Y cuando les entregaban su paquete de fotos, en algunas había un dedo rosado que se atravesaba en toda la escena. Debía ser frustrante. Pues bien, nosotros tenemos el don de tomar las fotos que queramos con nuestros celulares, pero es un don que desperdiciamos captando cosas estúpidas. Todo esto se puede comprobar viendo los perfiles en redes sociales de tus compañeros de colegio. Compiten con sus fotos en Facebook e Instagram sin descanso por aparentar ser personas más bellas, más adineradas, más viajadas, más felices y más interesantes de la vida. Pero tú los conoces a fondo. Sabes que en las fotos sacan su mejor ángulo y en la vida real son distintos; o sabes que sus padres tienen las mismas deudas que los tuyos, y que las fotos de viajes son viejas y no disfrutaron ese paseo. Las

Profesores y alumnas vulnerables

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Cuando suena la campana de final de clase, los corredores del colegio quedan desiertos de maestros, pues huyen (¿de nosotros?) hacia la cafetería o los parqueaderos. Cuando alguno de ellos se queda dando vueltas por ahí, merodeando entre los alumnos y particularmente entre las alumnas es imposible que no llame la atención. Esto ha comenzado a pasar en mi colegio. Tenemos un profesor que se la pasa navegando entre las alumnas pasándoles el brazo por los hombros y la cintura como si fuera un pulpo gigante. El tipo cree que nadie se da cuenta. ¡Pffff! Al igual que suelen hacerlo este tipo de especímenes, el que habita en mi colegio ha comenzado a fijarse en las presas más vulnerables: chicas que atraviesan situaciones difíciles, que están cambiando de alguna manera o que claramente son más frágiles. Se acerca a ellas como si fuera un gran consejero, el mejor gran amigo adulto pero no puede evitar tocarlas mientras lo hace. ¿Por qué tiene que tocar a todas las mujeres con